APN -nota con audios y video- Desde el inicio del gobierno de los Kirchner, se viene impulsando un conjunto de medidas polémicas que provocan fuertes debates en el seno de la sociedad pues socaban claramente los intereses de algunos sectores de nuestra nación. Estas medidas tienen las características en común de pertenecer a reclamos históricos de sectores populares que fueron escuchados a partir de la histórica pueblada que terminó con el gobierno de la alianza y le puso límite a las políticas del neoliberalismo. Entre las medidas podemos contar la eliminación de las AFJP, los juicios a los represores de la última dictadura y la nueva Ley de Radiodifusión entre otras.
Es este contexto llega la discusión sobre "el matrimonio gay" que ya cuenta con media sanción en el senado y, como casi nunca, la sociedad jujeña parece particularmente interesada en participar en el debate y toman diferentes medidas para hacer escuchar su opinión. Desde la comunidad gay de Jujuy organizaron una marcha en la que se notó que la participación en la misma estuvo condicionada por el miedo a los obstinados prejuicios de antaño que reinan en nuestros pagos. Los participantes eran principalmente jóvenes y activistas quienes reclamaban igualdad ante la ley pues, al decir de Jorge Wierna, no se reconoce ni se respeta las identidades sexuales.
En el día de ayer, un día después de la marcha en apoyo a la polémica ley, la iglesia tomó las calles para plantear su indignación ante lo que consideran es la destrucción de la institución familiar. Varios cientos de personas, entre los que se podían ver de todas la edades, levantaban pancartas que reclamaban el "matrimonio entre el hombre y la mujer" por que así DIOS lo quiso.
Las sotanas , todavía demasiado cortas para tapar los escándalos por pedofilia que quitan el sueño del mismo Papa, tomaron "La Palabra" como voceros de los niños: "queremos papá y mamá", argumentaban.
Lo cierto es que la ley promueve la igualdad, con las mismas razones por las que se pide igualdad para personas de otras razas o culturas. Promueve su reconocimiento como personas que viven y sienten como cualquiera, y que en muchos casos son nuestros amigos, abogados, médicos, hijos, compañeros con los que convivimos a diario y no transmiten ninguna enfermedad porque la homosexualidad no es ningún mal. Capás que lo que le moleste a los sectores que se niegan a asistir al paso de la historia es que se utilice el término "matrimonio" cuyo origen conceptual se atribuye la iglesia. Entonces solo restaría dejar de referirse a la ley de esa manera y colocarle otro apellido. Pero las razones son más de fondo, así como en algunos momentos de la historia la mujer era solo utilizada como "una cosa" para procrear hijos o atender la casa, así como se defendía la idea de la esclavitud y de la superioridad racial como cosa "natural", de la misma manera ahora nos argumentan queriéndonos imponer la idea de la "naturaleza humana" que explica el destino del hombre como una condena a vivir de una manera predeterminada, discriminando y llenando de prejuicios cualquier cosa que esté por fuera de los valores generados por una determinada sociedad y que muchas veces basan sus razones en mitos como el trauma que generaría para un niño ser criado en un hogar homosexual, cosa para nada comprobada.
Ya está planteada la batalla, el pasado con el futuro se cruzan nuevamente, así como hoy la mujer logró que se cambiara la concepción "natural" que se tenía sobre ella y hoy tiene los mismos derechos que los hombres (bueno...casi), así también llegará el día en que ser homosexual será lo mismo que ver un niño jugando a las escondidas... no sabemos si será ahora, pero ese día inevitablemente llegará.
Es este contexto llega la discusión sobre "el matrimonio gay" que ya cuenta con media sanción en el senado y, como casi nunca, la sociedad jujeña parece particularmente interesada en participar en el debate y toman diferentes medidas para hacer escuchar su opinión. Desde la comunidad gay de Jujuy organizaron una marcha en la que se notó que la participación en la misma estuvo condicionada por el miedo a los obstinados prejuicios de antaño que reinan en nuestros pagos. Los participantes eran principalmente jóvenes y activistas quienes reclamaban igualdad ante la ley pues, al decir de Jorge Wierna, no se reconoce ni se respeta las identidades sexuales.
En el día de ayer, un día después de la marcha en apoyo a la polémica ley, la iglesia tomó las calles para plantear su indignación ante lo que consideran es la destrucción de la institución familiar. Varios cientos de personas, entre los que se podían ver de todas la edades, levantaban pancartas que reclamaban el "matrimonio entre el hombre y la mujer" por que así DIOS lo quiso.
Las sotanas , todavía demasiado cortas para tapar los escándalos por pedofilia que quitan el sueño del mismo Papa, tomaron "La Palabra" como voceros de los niños: "queremos papá y mamá", argumentaban.
Lo cierto es que la ley promueve la igualdad, con las mismas razones por las que se pide igualdad para personas de otras razas o culturas. Promueve su reconocimiento como personas que viven y sienten como cualquiera, y que en muchos casos son nuestros amigos, abogados, médicos, hijos, compañeros con los que convivimos a diario y no transmiten ninguna enfermedad porque la homosexualidad no es ningún mal. Capás que lo que le moleste a los sectores que se niegan a asistir al paso de la historia es que se utilice el término "matrimonio" cuyo origen conceptual se atribuye la iglesia. Entonces solo restaría dejar de referirse a la ley de esa manera y colocarle otro apellido. Pero las razones son más de fondo, así como en algunos momentos de la historia la mujer era solo utilizada como "una cosa" para procrear hijos o atender la casa, así como se defendía la idea de la esclavitud y de la superioridad racial como cosa "natural", de la misma manera ahora nos argumentan queriéndonos imponer la idea de la "naturaleza humana" que explica el destino del hombre como una condena a vivir de una manera predeterminada, discriminando y llenando de prejuicios cualquier cosa que esté por fuera de los valores generados por una determinada sociedad y que muchas veces basan sus razones en mitos como el trauma que generaría para un niño ser criado en un hogar homosexual, cosa para nada comprobada.
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