Parte de nuestra hermosa patria grande ha sufrido en estos días una laceración mortal, ha recibido una estocada que consolida la impunidad en un país tan querido por los argentinos como es el Uruguay.
Si algún visionario hubiera predicado que los ex tupamaros en el gobierno, serian los que mantengan el manto de impunidad en el hermano país, nadie lo hubiera creído, pero a veces la realidad supera lastimosamente la ficción.
En días pasados, en la cámara de diputados del uruguay, se votó en contra del proyecto de anulación de la famosa ley de caducidad, ley que prohíbe los juzgamientos a policías y militares responsables de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar uruguaya (1973-1985).
Entre otros traidores a su pueblo, a su propio pasado y a sus compañeros caídos, se encuentra el presidente del Uruguay, josé Mujica, ex guerrillero tupamaro. Con un discurso patético llamando a la no anulación por las consecuencias que eso traería para la estabilidad política del país, sentencio al Uruguay a mantener el triste manto de impunidad.
Una de las cosas mas graves de esta situación es justamente la estabilidad, la vida y la dignidad de la democracia del país oriental. Un país que no juzga delitos tan bajos como los de lesa humanidad cometidos durante las dictaduras, posee una democracia enferma y endeble que en cualquier momento puede volver a caer en manos represoras y genocidas.
Manteniendo la impunidad es imposible pensar en una sociedad libre de consciencia y acción, es imposible pensar en un proyecto liberador.
Como si todo esto fuera poco, el día 31 de mayo se publica una resolución de la corte suprema de “justicia” del Uruguay que termina de cerrar el telón de la impunidad. La CSJ no reconoce los delitos cometidos durante la ultima dictadura como delitos de lesa humanidad, sino como “ilícitos comunes”.
¿Cual es la sustancial diferencia?, los delitos comunes prescriben, mientras que los de lesa humanidad no. Por esta razón, el primero de noviembre próximo, prescriben todos y cada unos de los apremios ilegales, de las torturas, de las violaciones y de los asesinatos cometidos durante la ultima dictadura.
Desde la Corriente del pueblo, nos solidarizamos con la lucha de las hermanas y hermanos uruguayos y repudiamos enérgicamente la nefasta jugada que están haciendo los grupos de poder, en conjunto con las fuerzas de seguridad, militares, civiles y parte del propio partido de gobiernopara llevar al pueblo hermano del Uruguay a la mas absoluta derrota.
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