Ayer hubo enfrentamientos entre ocupas y vecinos por un terreno usurpado donde estaba previsto construir un edificio escolar. El Gobierno mandó al concejal capitalino Luis Cosentini para aplacar los ánimos exaltados; el intendente Nilson Ortega fue superado por la situación.
El conflicto por tierras en Monterrico tuvo ayer un nuevo capítulo de tensión, cuando padres de alumnos de un colegio y vecinos del barrio Virgen del Rosario protagonizaron fuertes agresiones verbales y físicas con los ocupas que se instalaron en un terreno destinado a la construcción de una escuela.
Los incidentes no fueron más graves por la intervención de efectivos policiales que evitaron enfrentamientos de mayor violencia.
Ante un intendente municipal que perdió el control de la crisis, el Gobierno provincial envió al concejal capitalino Luis Cosentini, quien se reunió con los sectores en pugna e instó a una resolución pacífica del problema. En conversaciones con el representante oficial, los usurpadores expusieron el rechazo a ser localizados en un loteo de La Ovejería y pidieron ser reubicados dentro del ejido de la ciudad. Por su parte, padres de estudiantes y vecinos sostuvieron que el predio debe ser desocupado para que pueda comenzar a construirse el edificio escolar, que es de suma necesidad para los jóvenes de Monterrico.
Las negociaciones encaradas por Cosentini no llegaron a buen puerto y los padres se instalaron en una carpa a pocos metros de las viviendas precarias que ya levantaron los intrusos. Además, se observó el arribo de nuevas familias al lugar para apoyar a los ocupas.
Ante la situación, la empresa constructora no pudo empezar con los trabajos de la escuela.
Aunque voceros oficiales anunciaron el fin del conflicto por tierras en la provincia, en Monterrico las usurpaciones a tierras fiscales y fincas privadas se mantienen sin variaciones, y muchos de los ocupantes no se han inscripto en el registro del plan “Un lote para cada familia jujeña que lo necesite”.
Funte: El Libertario
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