Ocupantes ubicados en diversas zonas de la capital sostienen que las medidas del Gobierno son poco claras y permanecerán en las tomas.
A pesar de que la situación generada a partir de la toma de terrenos y viviendas en todo el ámbito de nuestra provincia parece haberse aquietado en los últimos días, las soluciones cada vez se perciben más lejanas para quienes aun el día de hoy permanecen en varios de estos asentamientos y tomas en espera de respuestas del Gobierno provincial.
Distintos vecinos de las zonas donde aun hoy los asentamientos marcan el pulso de la realidad jujeña se manifestaron temerosos de lo que pueda ocurrir si no se alcanzan definiciones satisfactorias para con la problemática de viviendas.
La gente no tiene confianza en el plan de loteo anunciado días pasados por el Gobernador Walter Barrionuevo, razón por la cual decidieron permanecer en los lugares que ocupan a pesar de las intimaciones que se realizaron para que se desocupen los predios.
El panorama no es mucho más alentador en otros ámbitos de la provincia. Las colas que se formaron en los últimos días tanto en el Instituto de Vivienda como en la Dirección de Inmuebles de la provincia dan cuenta de la realidad y la necesidad habitacional que se vive en nuestra provincia. El retiro y llenado de formularios de inscripción para el plan “un terreno para cada familia que lo necesite” (que se llevan a cabo en el Club Luján y en la Dirección de Inmuebles) es un trámite que demanda tiempo y paciencia: algunas versiones indican que la semana anterior se entregaron 7.000 formularios, y las colas no dan signos de disminuir.
Daniel Vargas, secretario de Planificación de la Municipalidad de Ciudad Perico, admitió que la situación creada por la usurpación de tierras en el ámbito de esa comuna “no se está normalizando” y que “se está viviendo una tensa calma”. Hay más de 7 mil solicitudes de terrenos, pero por el momento sólo proyecta lotear una fracción de cien hectáreas, de las que se obtendrían unas cuatro mil parcelas.
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